Lo más curioso del Dramawalker Lavapiés es la imposibilidad de delimitar sus fronteras en un mapa. Lavapiés no es un barrio. No empieza ni termina. Forma parte de Embajadores, uno de los seis barrios del Distrito Centro de la capital madrileña.
La historia de Lavapiés es pues la historia de sus gentes. Lavapiés es entonces un vecindario, es decir, la condición de ser vecino de otras personas. Pero no es un vecindario cualquiera. Reflejo de aquellos inicios de la lucha obrera y de la historia del feminismo español, hoy día se rebela ante la turistificación acogiendo a migrantes de todo el mundo, defendiendo la dignidad de la diferencia y la solidaridad vecinal.
Los relatos que aquí se recogen exhiben la memoria de sus habitantes, de los de siempre, de los que han llegado para quedarse, de los que se resisten a tener que marchar y de los que sueñan con regresar algún día.
Ficha artística
Coordinación artística
María Caudevilla
Dramaturgia
Denise Despeyroux, Maria Goiricelaya, Roberto Martín Maiztegui, Aurora Parrilla Camacho y Adrián Perea
Reparto
Jesús Barranco, Cristina Carro, Fernando Delgado-Hierro, Denise Despeyroux, Juan Echanove, Quique Fernández, Óscar de la Fuente, María Goiricelaya Burón, Greta Manjón, José Manjón, Thimbo Samb y Pablo Vega.
Diseño de sonido
Nacho Bilbao y Pilar Calvo
Supervisión diseño sonoro
Sandra Vicente
Sonido directo
Jose Plaza
Estudio de grabación
SANNOZ
Ingeniero de grabación
Óscar Guzmán
Ilustraciones
Ana Bustelo
Fotografía y vídeo
Bárbara Sánchez Palomero
Producción
Centro Dramático Nacional